El sector inmobiliario cada vez gana más peso como alternativa de inversión y prueba de ello son los datos de 2016, año en el se registró una inversión de 8.757 millones de euros en el sector no residencial, siendo el segundo mejor año de la década. Esto de acuerdo con un estudio reciente realizado por IESE Business School.
En el informe además, se revela que el interés de inversión es en buena medida en oficinas en Madrid y Barcelona (53,5%), seguido por activos logísticos y centros comerciales (46% y 44% respectivamente).
Para esto, las personas interesadas en invertir en la compra de bienes inmuebles en España -ya sean extranjeros o españoles- deben tener en cuenta ciertas consideraciones sobre la situación legal de la propiedad y sobre el sistema tributario local. Este Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) que grava la propiedad, sean rústicos o urbanos, es un requerimiento de los Ayuntamientos, de carácter obligatorio y que se devenga anualmente.
Dependiendo de la Comunidad Autónoma en la que se compre el inmueble, hay que sumar al precio final entre 8% y 13% por conceptos varios, pero innegociables, en los que se debe incluir:
- El IVA y/o el impuesto de Transmisiones Patrimoniales. En cuanto al IVA, debe pagarse cuando se compra un inmueble nuevo y constituye un 10% del valor de venta (25.000 euros para un local de 250.000 euros, por ejemplo). En el caso del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, debe abonarse cuando se compra un inmueble de segunda mano y es entre 5 y 8% del precio reflejado en las escrituras (esto depende de la comunidad autónoma).
- Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (AJD). Este es un impuesto autonómico, cuyo importe varía en función de la Comunidad donde esté ubicado el inmueble y oscila entre 0,5% y 1,5% del valor de la compraventa.
- Impuesto sobre el Incremento del Valor de los Terrenos. Es llamado tradicionalmente Arbitrio de Plusvalía o plusvalía municipal y es un impuesto encuadrado en el sistema tributario local de España , que grava el aumento de valor de los terrenos urbanos puesto de manifiesto en el momento de la transmisión. Este tipo de impuesto deberá abonarse cuando se realice: la transmisión de una propiedad por cualquier título y/o la constitución o transmisión de cualquier derecho real de goce, limitativo del dominio, sobre dichos terrenos.